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Conclusiones

26 Nov

En definitiva, los medios de comunicación han tenido un papel muy importante en la construcción del conflicto sirio. En este trabajo, traté tres temas que me parecieron fundamentales para entender la forma en que los distintos medios cubrieron las manifestaciones y los distintos acontecimientos, así como la forma en la que se desperdigó la información. Los tres temas fueron: la cobertura por parte de los grandes medios, el papel de las nuevas tecnologías y el Internet, y los grandes temas de trasfondo en los que no se ha profundizado, debido a agenda settings de los propios medios.

Creo que vale la pena destacar la importancia de la información obtenida de las redes sociales, y el crecimiento del tan polémico “periodismo ciudadano”. Arcadi Espada señala en El fin de los periódicos:

“Hay fundamento, por tanto, en la opinión crítica que incorpora el sintagma periodismo ciudadano. Un puro pleonasmo si nos atenemos a la concepción tradicional del periodismo, pero que en su misma formulación revela el descontento con la evolución de un oficio que nació de los ciudadanos y ha acabado viviendo del poder. Sin embargo los oficiantes más apasionados del llamado periodismo ciudadano no reclaman (o no reclaman sólo) la devolución del periodismo a sus parteros. Lo que en realidad sostienen, más o menos descaradamente, es que la información ha de abandonar las manos de los periodistas y pasar a las de los ciudadanos” (2009, pp. 12)

Lo que está pasando en Siria nos demuestra una tesis contraria: la información en realidad no abandona las manos de los periodistas. Más bien, con este conflicto estamos notando que ellos se acercan cada vez más a sus fuentes primarias y procuran mantener su información más cercana a las vivencias de las personas que están justo en el frente de la guerra. Son ellos quienes también dependen de las redes sociales tanto para acceder y para difundir su información. Es con las revueltas árabes que nos hemos percatado que el periodista continúa con la misma función.

Además, ocurre algo muy interesante: lo que Jeff Jarvis llama el topic (2009). En los medios que señale, todo lo relacionado con Siria se concentra en una única sección, lo que facilita al lector acceder a la información, y que permite una multiplicación de enfoques y puntos de vista variados sobre el mismo tema, claro, contenidos bajo una sola línea editorial.

Me parece que lo más importante en cuanto a la relación entre la información y lo que pasa en Siria es la facilidad con la que un hecho informativo se globaliza, gracias a las nuevas tecnologías. Podríamos argumentar que en Siria son pocos quienes realmente cuentan con acceso a Internet, y mucho menos los que han podido burlar la censura gubernamental, pero es gracias a ellos que el resto del mundo puede enterarse de lo que ocurre. No hay que subestimar el papel de las redes sociales.

Por otro lado, al mencionar los temas que se omitió estudiar a profundidad, nos percatamos de que todavía prevalece un alto nivel de agenda setting, particularmente por parte de Al Jazeera, motivado por los intereses económicos y sobre todo, políticos, de los dueños del medio.

Sin embargo, con este conflicto y particularmente, con los levantamientos de la Primavera Árabe, pudimos percatarnos que, en realidad, el periodismo está dando un giro bastante acelerado. Sólo basta pensar en la apabullante cantidad de información contenida en los blogs que consulté. El periodismo es un oficio que terminará, quiera o no, su transición casi total al universo de la red, y más si hablamos de un contexto internacional.

Ya decía Pascual Serrano (2009) en el libro Desinformación:

“El activismo de los internautas debe presionar para que el modelo tradicional de información unidireccional compruebe que no es eso lo que desea una comunidad ciudadana que exige espacios y voz propia y no se conforma con la pasividad a la que ha estado condenada hasta ahora. Es hora de que la relación entre medios y ciudadanos deje de ser la de unos sordos que se dirigen a unos mudos” (pp. 592)

Siria, y los demás países árabes nos pudo demostrar que, precisamente, hacia allá nos dirigimos.